Después de que el pirata Henry Morgan saqueó e incendió la Ciudad de Panamá en el año 1.671, el sitio original que se conoce hoy en día como Panamá Viejo, quedó en ruinas, las cuales todavía vale la pena visitar. Dos años después, se tomó la decisión de reubicar el centro de la ciudad unos siete kilómetros al oeste en una pequeña península conocida hoy como Casco Viejo.
Este nombre sigue vigente a pesar de los esfuerzos del gobierno para cambiarlo a Casco Antiguo, especialmente después de que la UNESCO incluyera el sitio como Patrimonio de la Humanidad, en 2003. Llámese viejo a antiguo, el Casco está renaciendo. Hace tan solo 35 años, se consideraba una "zona roja" poco apta para el turismo.
Los visitantes que se atrevieron quedaron encantados con la sorprendente variedad arquitectónica, mezcla de estilos colonial, art-déco, caribeño y francés, a pesar del mal estado de muchas fachadas que parecían a punto de desplomarse.
Por cierto, muchas de ellas se mantienen en el mismo estado de semiabandono y sin embargo se encuentran bajo la protección del gobierno, beneficiándose de un complejo programa de incentivos. Su valor ha aumentado considerablemente, pero no se permiten alteraciones a las fachadas, solo remodelaciones internas.